A menudo nos encontramos con personas escépticas que nos dicen que el Aceite de Coco es una grasa saturada y por tanto es malo para la salud. Otros nos dicen que no hay suficientes estudios que avalen lo que promovemos. No se quedan atras los que nos dicen que hasta que los organismos oficiales no se pronuncien públicamente sobre las virtudes del Aceite de Coco, no debemos creer todas las afirmaciones que hacemos. En realidad, la mayoría de estas afirmaciones provienen de una absoluta falta de información o, aún peor, de poseer una información aticuada, sesgada y poco objetiva.Lo cierto es que existen en torno a 10.000 publicaciones científicas con respecto al Aceite de Coco o a sus componentes entre artículos, investigaciones, estudios y demás. Basta con hacer las búsquedas correctas en PubMed (www.pubmed.gov) para comprobarlo. Mucha gente busca Aceite de Coco y argumenta que «sólo» aparecen unos 1.400 resultados de publicaciones científicas, pero en realidad, hay que buscar el resto de términos logicos para conseguir más de 20.000 publicaciones. Dado que los beneficios del Aceite de Coco provienen, entre otros, de los Ácidos Grasos de Cadena Media (MCFA – Medium Chain Fatty Acids), lo lógico es buscar también este concepto, o, incluso siendo más específico, buscar Ácido Laúrico (Lauric Acid), que es el MCFA más abundante en el Aceite de Coco (y en la leche materna).
Lo curioso del caso es que, cuando la FDA (Food and Drug Administration) aprobó el uso del fármaco Aricept© en 1996 para los enfermos de Alzheimer, existían tan sólo 10 estudios con respecto a este medicamento, y ni siquiera todos ellos eran positivos. Es curioso que a los recursos de la naturaleza les exijamos decenas de miles de estudios y a los productos químicos creados en el laboratorio no les exijamos prácticamente nada. Lo cierto es que los efectos de este medicamento distan mucho de ser impresionantes. Unos cuantos pacientes notaron mejoría pero muchos otros no notaron nada de nada. Además, aquellos que notaron mejoría lo hicieron sólo durante un período corto de tiempo de unos cuantos meses. Pasado el efecto inicial, la enfermedad volvió a manifestarse del mismo modo. En general, parece que sólo hace efecto durante unos pocos meses en más o menos la mitad de los casos. Sin embargo, este medicamento está aprobado y es el tratamiento químico más frecuente entre los pacientes de Alzheimer.Más allá de que este medicamento funcione o no en los pacientes de Alzheimer, tenemos que evaluar su lista de posibles efectos secundarios, que incluye diarrea, calambres musculares, fatiga, náuseas, vómitos, imsomnio, mareos, dolor de cabeza, dolor, accidentes, resfriado común, alucinaciones, agitación, conducta agresiva, convulsiones, hepatitis, pérdida de apetito, trastornos abdominales (hemorragia gastrointestinal, úlceras gástrica y duodenal), desmayos, enlentecimiento de las palpitaciones, bloqueo cardiaco y síntomas extrapiramidales (tales como temblor o rigidez en las manos o las piernas) o incluso la muerte producida por cualquiera de estos últimos. Esta es la realidad del medicamento. Y no lo decimos nosotros, lo dice el fabricante en su prospecto. Con la promesa de mejorar de manera efímera durante unos meses si se tiene suerte de pertenecer al 50% de casos en que el medicamento hace cierto efecto, los pacientes se exponen a una larga lista de efectos secundarios no deseados que puede acabar incluso con sus vidas en ciertas ocasiones. Sin embargo, los beneficios del Aceite de Coco parecen ser pura ficción… ¿o no?
Warning!
Extracto del Prospecto de Aricept 5mg.:
4. POSIBLES EFECTOS ADVERSOS Al igual que todos los medicamentos, ARICEPT ® puede producir efectos adversos. Se han comunicado casos de diarrea, calambres musculares, fatiga, náuseas, vómitos e insomnio. En la mayoría de los casos, estos fueron leves y transitorios. Otros efectos menos frecuentes comunicados han sido: mareos, dolor de cabeza, dolor, accidentes y resfriado común. Durante el tratamiento, se han comunicado también casos de alucinaciones, agitación, conducta agresiva, convulsiones, hepatitis, pérdida de apetito, trastornos abdominales (hemorragia gastrointestinal, úlceras gástrica y duodenal), desmayos, enlentecimiento de las palpitaciones, y raramente bloqueo cardíaco y síntomas extrapiramidales (tales como temblor o rigidez de las manos o las piernas). Si se observa cualquier otra reacción no descrita en este prospecto, consulte a su médico o farmacéutico.
En realidad, no existen casos documentados de que el Aceite de Coco haya hecho mal a nadie en cientos (puede que miles) de años. Tenemos testimonios por todas partes acerca de sus beneficios y hasta 10.000 publicaciones científicas distintas acerca de sus propiedades. Cierto es que no todas las publicaciones arrojan datos inequívocos de sus beneficios. Como con cualquier otro producto, hay estudios que muestran mejores resultados que otros. Pero es que esto es incluso normal en los fármacos, así que no vemos donde está el problema.
Analicemos unos cuantos datos. Sólo en Estados Unidos, cada año se producen unas 105.000 muertes relacionadas con el uso de medicamentos con receta. Si, ha leido bien, unas ciento cinco mil muertes. Esto no incluye las muertes producidas por medicamentos que se venden sin receta como la aspirina, que producen otras 15.000 muertes anuales. De modo que, el uso de medicamentos produce unas 120.000 muertes cada año en los Estados Unidos y nadie parece salir a la calle demandando más estudios ni más investigación. ¿Es esto suficiente? No. Aún hay más. Además de las 120.000 muertes, el uso de medicamentos produce unos 2.000.000 (dos millones) de casos al año de daños serios en el organismo derivados del uso de los propios medicamentos. Sin embargo, todo el mundo se apresura a comprar la medicina que su médico le receta sin pararse a pensar en las sustancias químicas usadas en su fabricación y en los efectos secundarios que tendrán en su organismo. Sobra decir que el número de beneficiados por el uso de medicamentos es mayor que el número de afectados por sus reacciones adversas, pero es que sería una triste broma si esto no fuese así.
En el otro lado de la balanza tenemos, por ejemplo, el Aceite de Coco, que no causa una sola muerte al año en los Estados Unidos. Claro, también hay que resaltar que el uso del Aceite de Coco favorece los intereses de los productores del tercer mundo mientras que el uso de medicamentos favorece el valor en la bolsa de las grandes farmaceúticas. ¿Tendrá esto algo que ver en esta lucha de la realidad contra la ficción?La sabiduría occidental es rica y potente, pero desgraciadamente se encuentra condicionada en muchas ocasiones por unos intereses comerciales fuera del ámbito del ciudadano de a pie. Echemos un vistazo a la sabiduría oriental y reflexionemos. ¿Por qué en los paises sud asiáticos llaman al cocotero «Arbol de la vida»? Practicamente todas las poblaciones del pacífico y sudasiático usan el Aceite de Coco en su medicina tradicional y como fuente de alimento y energía. De hecho, algunas poblaciones isleñas del pacífico ingieren hasta un 30% de sus calorías diarias procedentes del coco y, sin embargo, las enfermedades coronarias les son prácticamente desconocidas. ¿Es esto una ficción? No, es la pura realidad, guste a algunos o no.