Todo el mundo habla de las grasas saturadas del aceite de coco como algo que podría ser negativo, pero la realidad esconde algo muy distinto.
¿Por qué es importante diferenciar entre las grasas saturadas del aceite de coco de otras grasas saturadas?
Hay mucha controversia sobre las bondades del Aceite de Coco por confundirlo con el Aceite de Palma y por demonizarlo por su contenido en grasas saturadas. El Aceite de Palma, un aceite muy criticado por sus efectos negativos sobre la salud, ya que se compone principalmente de grasas saturadas, procede de otro fruto de otro tipo de palmeras, no del coco. Al igual que el Aceite de Coco, el Aceite de Palma está compuesto por ácidos grasos saturados, 84% y 50% respectivamente. Lo que los diferencia es que las grasas del Aceite de Coco están compuestas por Triglicéridos de Cadena Media TCM que ayudan a la quema de calorías y al aumento de lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno). El segundo componente son las grasas saturadas, que como ya hemos mencionado con el Aceite de Palma, no son todas iguales.
¿Qué son las grasas saturadas?
Las grasas saturadas son aquellas que, por lo general, a temperatura ambiente, presentan una forma sólida. Pueden ser de origen animal o vegetal. Las grasas saturadas están formadas por ácidos grasos y, dentro de los ácidos grasos, existen bastantes tipos.
En el Aceite de Coco, el ácido graso predominante es el ácido laurico. Como vimos en este estudio realizado en España, lejos de ser dañino para el organismo, el ácido laurico aporta bastantes beneficios. En el caso del aceite de coco virgen, su contenido en Ácido Laurico suele ser superior al 50%. Veamos porqué este dato es importante.
¿Qué es el Ácido Laurico?
El Ácido Láurico, es un triglicérido de cadena media (MCT), cuya acción antibacteriana y antiviral es más potente que la de otros ácidos grasos presentes en el Aceite de Coco como el ácido caprílico, el ácido cáprico y el ácido mirístico.
El organismo transforma el ácido laurico en Monolaurina, un monoglicérido considerado antibiótico natural porque tiene una eficacia probada en la lucha contra estafilococos y estreptococos resistentes a los antibióticos sintetizados. Además, el Ácido Laurico proporciona efectos antifúngicos y antivirales, por eso es un magnífico coadyuvante en la lucha contra el VIH, el herpes, la Giardia Lampina o incluso el sarampión.
Para más información sobre las grasas saturadas del aceite de coco, consultar El Aceite de Coco, un antibiótico natural.
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